Me acuerdo de pequeña haber ido en un “road trip” a la Gran Manzana, NYC. En aquel tiempo donde no existían los “Sistemas de Navegación” (GPS)
Para encontrar un mapa, tenias que visitar la estación de gasolina más cercana y en unas estaciones designadas de metal negro encontrabas el mapa que te llevaría a tu destino. Con un bolígrafo marcábamos la ruta, las paradas, etc. ¡era todo una aventura! No había una computadora anunciando “próxima salida” solo alguien en el carro gritando ¡ERAAAA POR AHÍÍÍÍÍ!
Los tiempos han cambiado tanto ¿no? Todo es tan moderno y de seguro se volverá más moderno aun. Mis niños jamás sabrán lo que era enredarte en el cable del teléfono del hogar, o buscar la señal del televisor con un gancho de metal de ropa.
Pero hoy quiero acordarte que aunque los tiempos pasen las modas incrementen la Palabra de Dios permanece para siempre.
Lo peculiar de la Palabra es que cuando es lanzada no te dirá que día ni hora ni cuantas millas falten para llegar a ella. Pero si sabes esperar, confiar y creer verás su cumplimiento. Llegarás a tu destino, a la promesa. Así que no te desesperes, espera, Él NO es hombre para mentir ni hijo de hombre para arrepentirse.