Una de las cosas más difíciles en el mundo es aprender a escuchar la voz de Dios. Dentro de nuestros afanes y costumbres podemos encontrarnos en la ardua tarea en identificar… ¿Es Dios? ¿O soy yo?
Usualmente dentro de mis preocupaciones y dudas mi voz hace que todo se vuelva más complicado. Mi voz me mantiene estancada en el mismo pensamiento negativo o destructivo. En cambio la voz de Dios me susurra “Todo estará bien” e inmediatamente la duda se detiene. El pensamiento destructivo queda paralizado.
Y que opinas sobre la espera… En la espera mi voz quiere apresurar el proceso, quiere saltar el tiempo que se está tomando, quiere soltar todo y provocarlo a mi manera. Pero la voz de Dios no llega tan rápido como la esperamos. Toma su tiempo, probando la capacidad que tenemos de confiar y esperar el tiempo necesario.
Ante la tribulación, nuestra voz nos dicta “tómalo en tus manos”, “resuelve”, “hazlo como siempre lo has hecho” el desespero nos lleva a opacar la voz de Dios para así sentirnos un poco más en control. Pero la voz de Dios llega cuando estamos a punto de rendirnos y entregarlo todo.
Llega a través de la persona que menos esperabas. Allí en la fila del banco, haciendo las diligencias o sencillamente mirando tu celular. Su voz llega y tiene la capacidad de cambiar radicalmente la situación.
- Para Abraham fue alta y clara.
- Para Samuel fue a través de Eli dándole instrucciones claras “Si te vuelve hablar contéstale
- Para Balaam fue a través de un Burro
- Para Moisés una llama ardiente.
La voz de Dios llega para interrumpir lo incorrecto, alinear lo torcido, despertar lo muerto y traer paz a lo desconsolado. Ella no:
- Trae división
- No incita el mal
- No provoca rebelión
- No juzga
- Pero si corrige
Esa voz llega para activar lo dormido, seco o muerto. ¡Esa voz no viene del lugar bajo, sino de lugares altos! ¡Es la voz de un Dios grande y soberano que aun hoy te dice TE AMO y no he terminado contigo!
Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.
Apocalipsis 21:3
Bello pensamiento!!
Poderoso 🙌🏾 la voz de Dios siempre se ha estipulado presente, gracias pastora a
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