Mis hijos aman las historias, y te soy sincera dentro de las cosas que sé hacer bien, soy excelente contando historias. Puedo no tener nada en mente y a la medida que abro mi boca y empiezo hablar mi imaginación comienza a correr. En esas mañanas intensas cuando nadie quiere ir a la escuela y aún siguen con la sabana pegada, en voz muy alta empiezo la historia más impresionante que ellos hayan podido escuchar. Me da un poco de risa ver sus caritas impresionadas e impactadas.
De pequeña amaba ir a la Biblioteca, no me encantaba leer pero si observar las ilustraciones e inventarme mi propia historia. Después de seleccionar nuestro libro de la semana, nos llevaban a un rincón rodeado de libros y la asistente de la bibliotecaria comenzaba con su habilidad innata de recrear la escena. En el momento menos indicado nos hacia las preguntas más inesperadas cuando ya estabas saltando las hojas de la historia en tu imaginación. Con su voz un poco ronca me decía “Crystal” como se llama la calle donde Ana paseaba……… “¡Uh… eh…!”, “NO SE” ah… Pero les contaré que amaba ese tiempo en la semana.
Siempre he sido fan de las aventuras como ya sé los mencione, pero también fui fan de los misterios y casas embrujadas. Ya eso es pasado. Pero les contaré, que había leído todas las historias de Goosebumps. Igual me encantaba comenzar a leer, pero luego las imágenes bien limitadas capturaban mi vista y podía ya imaginar como terminaba la historia.
Sé que todas tenemos nuestra historia preferida. Historias de amor, pasión, héroes, aventuras y aun acción “¡No es mi caso!” Pero té has sentado un momento a contar la mejor historia que conoces. Es una Historia tan poderosa que llegaría a impactar y bendecir a tantas mujeres, madres, jóvenes y aun niños. ¡Si, que tal si te digo que la mejor historia que pudieras contar sea la TUYA! Es una historia de retos, una historia repleta de sentimientos y emociones. Una historia imperfecta, pero perfecta para aquel que la sigue escribiendo. Que tal si así como aquella asistente, crearás un espacio para contar tu historia.
Cuéntala con autoridad, firmeza y poder. No importando el pasado cuéntala porque alguien necesita saber como Dios transformo y cambio tu vida para bien. Si aún estás considerando el cambio cuenta como estas dando esos primeros pasos de FE. Cuenta las veces que tropezaste, pero las que también te levantaste. Cuenta sobre ese divorcio, pero también cuenta sobre encontrar el amor perfecto. Cuenta sobre la violación, pero también cuenta como Dios te restauro. ¡Hay una historia que puedes contar a ojos cerrados y saber que el final es uno de victoria!